La Eurocámara pide más poderes para los organismos de supervisión financiera
Todos los intervinientes en la comisión parlamentaria de Asuntos Económicos y Monetarios, que hoy debatieron el asunto en Bruselas, coincidieron en esta visión que tratarán de hacer prevalecer, gracias al mayor poder que ostenta el Parlamento Europeo desde el pasado 1 de diciembre, cuando entró en vigor el Tratado de Lisboa.
"La Comisión Europea (CE) reaccionó a la crisis con un informe de Jacques de La Rosière que él mismo definió como de mínimos. La propuesta de la CE debilitó el informe y los gobiernos lo han aguado aún más", consideró el eurodiputado español José Manuel García-Margallo y Marfil, que fue uno de los ponentes de la sesión.
"Vamos a dar la batalla y vamos a intentar convencer al Consejo, en un momento en que la presidencia de turno la ocupa un Gobierno (el español) que ha pedido más coordinación económica. Vamos a conseguir su apoyo", añadió el parlamentario, miembro del Partido Popular Europeo.
Los distintos grupos de la Cámara ya anunciaron en diciembre pasado que ésa iba a ser su línea de actuación, después de que los gobiernos apostaran por reservarse la última palabra sobre las decisiones en las que no hubiera acuerdo y que implicaran "consecuencias presupuestarias para los estados miembros" (por ejemplo, la financiación del rescate de un banco).
Tras aquella reunión, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ya instó al Parlamento Europeo (PE) a ejercer su nuevo papel de "codecisión" junto a los Gobiernos, para volver a reforzar el papel de estas instituciones.
La nueva arquitectura de supervisión consistirá en una Junta o Consejo Europeo de Riesgo Sistémico, encargada de vigilar el riesgo en el sistema en general; así como tres entidades paneuropeas para los sectores bancario, de seguros y bolsa.
García-Margallo pidió hoy evitar "una mera yuxtaposición inconexa de autoridades" y apostó por una mayor coordinación e intercambio de información entre los distintos organismos que, a su juicio, deberían concentrarse en una sola ciudad.
Los diputados también pidieron que se reserve a la Junta de Riesgo Sistémico la capacidad de dar la señal de alarma en una situación de emergencia (frente a la opción de que este papel se reserve a la Comisión o el Consejo); y que las autoridades sectoriales tengan capacidad de moderar cuando haya un conflicto entre distintos organismos nacionales.
El eurodiputado español también apostó porque "sean los bancos y no los contribuyentes" los que hagan frente a los costes de la crisis, para lo que apostó por la creación de un fondo de garantía que tenga capacidad para emitir deuda.
Otro de los ponentes, el eurodiputado español Ramon Tremosa i Balcells, coincidió con la eurodiputada Sylvie Goulard en rescatar la propuesta del informe La Rosière que reservaba el papel de presidente de la Junta de Riesgo Sistémico para el presidente del Banco Central Europeo, una idea que desapareció en la propuesta de la Comisión. EFE
jueves, 25 de febrero de 2010
Noticias
Publicado en ABC y diariosur.es
miércoles, 24 de febrero de 2010
Noticias
Publicado en el Wall Street Journal.
EU Lawmakers Push For Stronger Financial-Market Oversight
BRUSSELS (Dow Jones)--Members of the European Parliament are pushing to give two new regulators expanded powers to govern the European Union's largest banks and securities firms, potentially upsetting a compromise that EU states reached last fall.
Two lawmakers, charged with evaluating an EU plan for new banking and securities overseers, argued in separate reports circulated Tuesday that firms operating across EU borders should be monitored by the new pan-EU regulators instead of national authorities.
The EU parliamentarians also want to establish emergency funds for these sectors to help cope with future financial crises. Both moves likely will upset the UK, which has fought to limit the powers of these new regulatory bodies and ensure its taxpayers wouldn't have to bail outs large EU firms.
EU finance ministers last year wrestled over a deal to create new supervisory groups for financial markets: a "macro-prudential" body to study big-picture risks to financial stability, and three "micro-prudential" groups to look at specific issues in the banking, securities, and insurance and pension sectors.
This plan was designed in the wake of the 2008 crisis, which officials blamed on weak financial-market rules and lax oversight. But initial efforts to create a more centralized EU regulatory framework faced stiff resistance from the UK, which feared losing sway over the City of London, Europe's largest financial center.
Ultimately, EU finance ministers circumscribed the new regulatory groups' powers, agreeing that national authorities will continue to monitor firms' day-to-day business. The ministers, at the UK's insistence, also added a stipulation ensuring that the new EU regulators won't be able to dictate national spending priorities or force taxpayers to fund bailouts for banks operating across the bloc's borders.
But EU legislation needs approval from the European Parliament, a body of 736 lawmakers from across the 27-state bloc. Members of the parliament since December have complained that the EU's regulatory plan lacked clout.
"Financial institutions with an EU dimension should be entrusted to the European Supervisory Authority (Banking)," Jose Manuel Garcia-Margallo, a Spanish member of the European Parliament, said in his report on the planned banking supervisor. "National supervisors should act as agents of the European Supervisory Authority (Banking) and should be bound to the authority's instructions when they supervise cross-border financial institutions with an EU dimension."
The lawmakers' reports mark the start of debate within the Parliament about the legislative plan. Lawmakers can make further changes to the proposal, but EU governments ultimately will have to agree to it, creating the prospect of lengthy negotiations in the coming months.
The UK lawmaker who assessed the proposal for the EU insurance and pension regulator didn't make similar recommendations for those sectors.
lunes, 22 de febrero de 2010
Competitividad
La crisis actual, de alcance mundial y naturaleza sistémica, ha mostrado la necesidad de una mayor coordinación de las políticas macroeconómicas. Esta necesidad de coordinación es mas imperiosa en el ámbito de la UE y todavía mayor en el ámbito de la Unión Económica y Monetaria.
La crisis es la consecuencia de los persistentes desequilibrios mundiales, de la política monetaria excesivamente permisiva, de la debilidad de la regulación y supervisión financiera, de la cooperación internacional inexistente que pueden resolver las fluctuaciones de los tipos de cambio y de las contradicciones entre las políticas comerciales, financieras y monetarias mundiales.
Para evitar que se repita una crisis similar a la actual es necesario, en consecuencia, poner en marcha un sistema monetario internacional capaz de evitar excesivas fluctuaciones y establecer cambios mas equitativos entre las distintas divisas, una política comercial capaz de luchar contra las tentaciones proteccionistas y evitar al mismo tiempo el dumping ambiental, laboral o fiscal, una mayor convergencia de las regulaciones financieras, una mayor cooperación de los supervisores y en general una mayor coordinación de las políticas económicas de los distintos actores.
Reformas de este calado solo serán posibles acentuando el multilateralismo de las instituciones que dirigen la economía mundial y que dando más protagonismo a las economías emergentes. En este sentido hay que avanzar en los acuerdos adoptados por el G20. El reforzamiento del G20 y del foro de estabilidad financiera deben llevar a una cultura de supervisión común y a la convergencia de las normas contables.
La crisis ha puesto de relieve la necesidad de coordinar las políticas económicas de la UE. La UE ha reaccionado con rapidez y decisión y ha evitado un colapso financiero, pero esta reacción se ha debido más al liderazgo por alguno de sus líderes que a la existencia de un sistema de coordinación económica operativo en el seno de la UE. Es necesario tener en cuenta la situación de la balanza por cuenta corriente y de la deuda publica para fijar los presupuestarios de cada país. Es necesario también definir los instrumentos y procedimientos adecuados para garantizar que los Estados miembros cumplan los objetivos fijados en la Estrategia 2020 si queremos que se cierre con un éxito.
En la Eurozona La necesidad de una coordinación económica es aun más evidente. A día de hoy no existe un actor capaz de coordinar las políticas económicas de la misma manera que dirige la política monetaria del BCE.
Una Gobernanza económica reforzada debe garantizar de forma eficiente un análisis compartido de la situación macroeconómica, la discusión de opciones políticas y la adopción de estrategias y políticas económicas adecuadas, ya sea como respuesta inmediata ante situaciones de crisis financieras o económicas, o para abordar reformas estructurales.
Europa necesita reformar su gobernanza económica para salir de esta crisis con garantías, para volver a la senda del crecimiento y la creación de empleo sostenible, y para ser un actor relevante en el nuevo contexto económico mundial.
En este nuevo contexto internacional, la competitividad será el nombre del juego. Para recuperar la competitividad perdida es bueno ver lo que han hecho nuestros socios en Europa.
La crisis es la consecuencia de los persistentes desequilibrios mundiales, de la política monetaria excesivamente permisiva, de la debilidad de la regulación y supervisión financiera, de la cooperación internacional inexistente que pueden resolver las fluctuaciones de los tipos de cambio y de las contradicciones entre las políticas comerciales, financieras y monetarias mundiales.
Para evitar que se repita una crisis similar a la actual es necesario, en consecuencia, poner en marcha un sistema monetario internacional capaz de evitar excesivas fluctuaciones y establecer cambios mas equitativos entre las distintas divisas, una política comercial capaz de luchar contra las tentaciones proteccionistas y evitar al mismo tiempo el dumping ambiental, laboral o fiscal, una mayor convergencia de las regulaciones financieras, una mayor cooperación de los supervisores y en general una mayor coordinación de las políticas económicas de los distintos actores.
Reformas de este calado solo serán posibles acentuando el multilateralismo de las instituciones que dirigen la economía mundial y que dando más protagonismo a las economías emergentes. En este sentido hay que avanzar en los acuerdos adoptados por el G20. El reforzamiento del G20 y del foro de estabilidad financiera deben llevar a una cultura de supervisión común y a la convergencia de las normas contables.
La crisis ha puesto de relieve la necesidad de coordinar las políticas económicas de la UE. La UE ha reaccionado con rapidez y decisión y ha evitado un colapso financiero, pero esta reacción se ha debido más al liderazgo por alguno de sus líderes que a la existencia de un sistema de coordinación económica operativo en el seno de la UE. Es necesario tener en cuenta la situación de la balanza por cuenta corriente y de la deuda publica para fijar los presupuestarios de cada país. Es necesario también definir los instrumentos y procedimientos adecuados para garantizar que los Estados miembros cumplan los objetivos fijados en la Estrategia 2020 si queremos que se cierre con un éxito.
En la Eurozona La necesidad de una coordinación económica es aun más evidente. A día de hoy no existe un actor capaz de coordinar las políticas económicas de la misma manera que dirige la política monetaria del BCE.
Una Gobernanza económica reforzada debe garantizar de forma eficiente un análisis compartido de la situación macroeconómica, la discusión de opciones políticas y la adopción de estrategias y políticas económicas adecuadas, ya sea como respuesta inmediata ante situaciones de crisis financieras o económicas, o para abordar reformas estructurales.
Europa necesita reformar su gobernanza económica para salir de esta crisis con garantías, para volver a la senda del crecimiento y la creación de empleo sostenible, y para ser un actor relevante en el nuevo contexto económico mundial.
En este nuevo contexto internacional, la competitividad será el nombre del juego. Para recuperar la competitividad perdida es bueno ver lo que han hecho nuestros socios en Europa.
Fondos de Inversión Alternativa
El 30 de abril del 2009, la Comisión Europea publicó una propuesta de directiva relativa a los Gestores de Fondos de Inversión Alternativa (AIFM por sus siglas en inglés) que va a revolucionar el paisaje de la gestión de inversiones en la Unión Europea. La Propuesta de Directiva engloba a los gestores de todos los Fondos de Inversión que no estén cubiertos por la Directiva de Organismos de Inversión Colectiva. Sector residual que manejó más de tres billones de dólares en el año 2008 y que agrupa a los fondos de cobertura (hedge funds), capital privado (private equity), fondos inmobiliarios (real estate funds), fondos en materias primas (community funds) etc.
El Parlamento Europeo llevaba mucho tiempo pidiendo una regulación más estricta de estos fondos, especialmente de los fondos de cobertura. Se incluyen aquí los informes parlamentarios anteriores a la crisis que se han hecho eco de esta aspiración. Aspiración por otra parte que no fue nunca escuchada ni por la Comisión ni por el Consejo.
Este tipo de fondos no han sido los principales causantes de la crisis financiera que estamos viviendo. Sin embargo los riesgos asociados a sus operaciones han contribuido a las turbulencias financieros. Los fondos de cobertura han contribuido a la inflación de activos y al rápido crecimiento de lo que se ha venido llamando "créditos estructurados". Las masivas ventas a las que se han visto obligados para reducir su endeudamiento y atender las demandas de sus inversores han tenido un efecto procíclico en unos mercados muy sensibles y pueden haber contribuido a secar los mercados de capitales.
La Comisión se ha visto obligada a la luz de estos acontecimientos a presentar la Propuesta de Directiva a la que antes nos hemos referido. Propuesta de Directiva que, como también hemos dicho, somete a un régimen jurídico similar a un conjunto de fondos heterogéneos que, en mi opinión, deben ser regulados también de forma distinta.
El Parlamento Europeo llevaba mucho tiempo pidiendo una regulación más estricta de estos fondos, especialmente de los fondos de cobertura. Se incluyen aquí los informes parlamentarios anteriores a la crisis que se han hecho eco de esta aspiración. Aspiración por otra parte que no fue nunca escuchada ni por la Comisión ni por el Consejo.
Este tipo de fondos no han sido los principales causantes de la crisis financiera que estamos viviendo. Sin embargo los riesgos asociados a sus operaciones han contribuido a las turbulencias financieros. Los fondos de cobertura han contribuido a la inflación de activos y al rápido crecimiento de lo que se ha venido llamando "créditos estructurados". Las masivas ventas a las que se han visto obligados para reducir su endeudamiento y atender las demandas de sus inversores han tenido un efecto procíclico en unos mercados muy sensibles y pueden haber contribuido a secar los mercados de capitales.
La Comisión se ha visto obligada a la luz de estos acontecimientos a presentar la Propuesta de Directiva a la que antes nos hemos referido. Propuesta de Directiva que, como también hemos dicho, somete a un régimen jurídico similar a un conjunto de fondos heterogéneos que, en mi opinión, deben ser regulados también de forma distinta.
Presidencia Española
España asume la Presidencia del Consejo de la Unión Europea en un momento especialmente delicado. Es la Primera Presidencia que se celebra después del Tratado de Lisboa, arranca en medio de una crisis económica sin precedentes, y tiene que diseñar un programa de reformas estructurales ambicioso para la próxima década.
La Presidencia española es la primera de las tres Presidencias -española, belga y húngara- que deben trabajar al unísono. Por eso el primero de los documentos que aquí se incluyen es el que plasma el programa de la "troika" que va a dirigir los destinos de la Unión en los próximos 18 meses.
El segundo documento que aquí se incluye es el presentado por el Gobierno español para los seis próximos meses. Se titula "Innovando Europa" y recoge los proyectos que la Presidencia española quiere llevar a buen puerto.
Estas prioridades han sido analizadas por el Partido Popular en un documento que se incluye a continuación. Fruto del acuerdo entre PP y PSOE al que se unieron otras fuerzas políticas es la Proposición no de Ley sobre las prioridades y objetivos de la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea para el primer semestre de 2010.
Se incluyen a continuación las Reivindicaciones de la Comunidad Valenciana en la Presidencia española de la UE que recoge las aspiraciones de los valencianos que deberían ser impulsadas por el Gobierno central.
La Presidencia española es la primera de las tres Presidencias -española, belga y húngara- que deben trabajar al unísono. Por eso el primero de los documentos que aquí se incluyen es el que plasma el programa de la "troika" que va a dirigir los destinos de la Unión en los próximos 18 meses.
El segundo documento que aquí se incluye es el presentado por el Gobierno español para los seis próximos meses. Se titula "Innovando Europa" y recoge los proyectos que la Presidencia española quiere llevar a buen puerto.
Estas prioridades han sido analizadas por el Partido Popular en un documento que se incluye a continuación. Fruto del acuerdo entre PP y PSOE al que se unieron otras fuerzas políticas es la Proposición no de Ley sobre las prioridades y objetivos de la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea para el primer semestre de 2010.
Se incluyen a continuación las Reivindicaciones de la Comunidad Valenciana en la Presidencia española de la UE que recoge las aspiraciones de los valencianos que deberían ser impulsadas por el Gobierno central.
Supervisión Financiera
La crisis que hoy vivimos no se parece a ninguna de las crisis anteriores. El fuego ha empezado en el sector financiero y en el corazón del imperio. Como es bien sabido, los bancos americanos se empezaron a pelear por obtener cada día mayores rentabilidades y eso les empujó a conceder los llamados préstamos NINJA. Prestamos concedidos a personas sin rentas (no income), sin trabajos (no jobs) y sin activos (no assets).
La crisis no hubiese pasado de ser una crisis local si no fuese porque vivimos en un mundo globalizado. Cuando Nueva York se constipa, estornuda todo el planeta. Los créditos hipotecarios se "titularizaron" y se propagaron por todos los mercados. La cosa fue muy bien hasta que los intereses empezaron a subir y los activos inmobiliarios a bajar. Entonces empezaron los problemas en todos los mercados. Nadie sabía quién tenía qué y los bancos empezaron a no dar ni los buenos días.
Cuando las cosas se pusieron muy feas los Bancos Centrales se vieron obligados a tomar cartas en el asunto para intentar controlar un pánico que podría paralizar los mercados. Los fallos del mercado han obligado a los poderes públicos a intervenir de forma masiva. Reducciones de los tipos de interés en EE.UU, inyecciones de capital en todas partes y operaciones de rescate de las entidades financieras en riesgo siempre que fuesen lo suficientemente grandes. La insolvencia de un pequeño banco local no preocupa a nadie; la de un gran banco con millones de depositantes sí.
No es extraño que la ciudadanía se pregunte si tiene demasiado sentido el hecho de que las entidades financieras paguen dividendos formidables y altas remuneraciones a sus ejecutivos en épocas de vacas gordas y que sean los contribuyentes los que corran con los gastos cuando las cosas se tuercen. Eso es lo que se llama el dilema moral que nos recuerda los miles de e-mails que recibimos a diario.
Con este telón de fondo es perfectamente comprensible que todo el mundo coincida en que algo hay que hacer aunque nadie parezca saber muy bien qué. Pero si sabemos muchas cosas, entre otras, que ha habido un exceso de liquidez en los mercados, que la Reserva Federal se embarcó en una política expansionista sin precedentes, que se ha abusado del endeudamiento y que la regulación de las entidades financieras ha sido bastante deficiente. Sabemos, sobre todo, que los supervisores nacionales no han sido capaces de prevenir una crisis que se veía venir desde hacia tiempo.
Cuando salgamos de esta, hay que ponerse manos a la obra para que esto no se vuelva a repetir. Lo que hay que hacer es poner la economía financiera al servicio de la economía real y no al revés como ha ocurrido en estos años, y para eso hay que gobernar la globalización financiera y no limitarse a contemplar pasivamente como discurren los hechos. Lo que toca es implantar un cierto orden inspirado en tres principios cardinales: ética, responsabilidad y transparencia. Transparencia en las instituciones en los productos y en los mercados. Lo que viene es un capitalismo mucho más responsable, más regulado, más permeado por esa escuela de pensamiento que llamamos la economía social de mercado. Eso es exactamente lo que dice el Tratado de Lisboa.
En este contexto, el control y la supervisión financiera han cobrado un protagonismo inusitado en los últimos años. La Comisión Europea ha propuesto mejorar el marco europeo de Supervisión financiera sustentándolo en dos pilares: un Consejo Europeo de Riesgo Sistémico (CERS) que vigilará las amenazas potenciales que para la estabilidad financiera se deriven de la evolución macroeconómica y de la evolución del sistema financiero en su conjunto y un Sistema Europeo de Supervisores Financieros (SESF), consistente en una potente red de supervisores financieros nacionales que trabajen en tándem con las nuevas Autoridades Europeas de Supervisión, a fin de salvaguardar la solidez financiera de las empresas financieras individuales y de proteger a los consumidores de servicios financieros.
- Antecedentes parlamentarios.
- Informes de expertos.
- Comunicaciones de la Comisión.
- Propuestas de reglamento de la Comisión.
- Informes Parlamentarios.
- Compromiso del Consejo sobre la Autoridad Bancaria Europea.
La crisis no hubiese pasado de ser una crisis local si no fuese porque vivimos en un mundo globalizado. Cuando Nueva York se constipa, estornuda todo el planeta. Los créditos hipotecarios se "titularizaron" y se propagaron por todos los mercados. La cosa fue muy bien hasta que los intereses empezaron a subir y los activos inmobiliarios a bajar. Entonces empezaron los problemas en todos los mercados. Nadie sabía quién tenía qué y los bancos empezaron a no dar ni los buenos días.
Cuando las cosas se pusieron muy feas los Bancos Centrales se vieron obligados a tomar cartas en el asunto para intentar controlar un pánico que podría paralizar los mercados. Los fallos del mercado han obligado a los poderes públicos a intervenir de forma masiva. Reducciones de los tipos de interés en EE.UU, inyecciones de capital en todas partes y operaciones de rescate de las entidades financieras en riesgo siempre que fuesen lo suficientemente grandes. La insolvencia de un pequeño banco local no preocupa a nadie; la de un gran banco con millones de depositantes sí.
No es extraño que la ciudadanía se pregunte si tiene demasiado sentido el hecho de que las entidades financieras paguen dividendos formidables y altas remuneraciones a sus ejecutivos en épocas de vacas gordas y que sean los contribuyentes los que corran con los gastos cuando las cosas se tuercen. Eso es lo que se llama el dilema moral que nos recuerda los miles de e-mails que recibimos a diario.
Con este telón de fondo es perfectamente comprensible que todo el mundo coincida en que algo hay que hacer aunque nadie parezca saber muy bien qué. Pero si sabemos muchas cosas, entre otras, que ha habido un exceso de liquidez en los mercados, que la Reserva Federal se embarcó en una política expansionista sin precedentes, que se ha abusado del endeudamiento y que la regulación de las entidades financieras ha sido bastante deficiente. Sabemos, sobre todo, que los supervisores nacionales no han sido capaces de prevenir una crisis que se veía venir desde hacia tiempo.
Cuando salgamos de esta, hay que ponerse manos a la obra para que esto no se vuelva a repetir. Lo que hay que hacer es poner la economía financiera al servicio de la economía real y no al revés como ha ocurrido en estos años, y para eso hay que gobernar la globalización financiera y no limitarse a contemplar pasivamente como discurren los hechos. Lo que toca es implantar un cierto orden inspirado en tres principios cardinales: ética, responsabilidad y transparencia. Transparencia en las instituciones en los productos y en los mercados. Lo que viene es un capitalismo mucho más responsable, más regulado, más permeado por esa escuela de pensamiento que llamamos la economía social de mercado. Eso es exactamente lo que dice el Tratado de Lisboa.
En este contexto, el control y la supervisión financiera han cobrado un protagonismo inusitado en los últimos años. La Comisión Europea ha propuesto mejorar el marco europeo de Supervisión financiera sustentándolo en dos pilares: un Consejo Europeo de Riesgo Sistémico (CERS) que vigilará las amenazas potenciales que para la estabilidad financiera se deriven de la evolución macroeconómica y de la evolución del sistema financiero en su conjunto y un Sistema Europeo de Supervisores Financieros (SESF), consistente en una potente red de supervisores financieros nacionales que trabajen en tándem con las nuevas Autoridades Europeas de Supervisión, a fin de salvaguardar la solidez financiera de las empresas financieras individuales y de proteger a los consumidores de servicios financieros.
- Antecedentes parlamentarios.
- Informes de expertos.
- Comunicaciones de la Comisión.
- Propuestas de reglamento de la Comisión.
- Informes Parlamentarios.
- Compromiso del Consejo sobre la Autoridad Bancaria Europea.
Nuevo Plan de Acción de Servicios Financieros
La Presidencia española incluye entre sus prioridades la aprobación de un Plan de Acción de Servicios Financieros (en adelante, PASF) que cubra el periodo 2010-2015. En el capítulo titulado "El programa quinquenal de la Comisión "se incluye una comparecencia del Comisario Barnier en que explicita esta prioridad.
El nuevo Plan de Acción sustituye al que fue aprobado el 11 de mayo de 1999 que recoge la mayoría de las recomendaciones formuladas por un grupo de representantes personales de los ministerios de economía y hacienda y del Banco Central. Se adjuntan a continuación la Comunicación de la Comisión titulada "Aplicación del Marco para los Mercados Financieros: Plan de Acción en el que se fija una hoja de ruta detallada para modernizar los servicios europeos.
Se incluye también el informe parlamentario en el que se plasma la reacción del Parlamento a la Comunicación de la Comisión. Sólo indicar aquí que los Diputados europeos aplaudieron la estrategia de la Comisión para modernizar el sector pero enfatizaron que los tres objetivos del plan (liberalización, prevención de riesgos y armonización sobre la imposición del ahorro) debieron perseguirse de forma simultanea porque la tentación de avanzar más deprisa en la consecución del primero podía poner en peligro todo el proyecto. Exactamente lo que ha ocurrido.
Se incluye a continuación la sección del informe de Larosière destinada a analizar las soluciones políticas y reglamentarias para intratar de reducir la posibilidad que una crisis como la actual se vuelva a repetir. El informe apuesta por un nuevo programa reglamentario encaminado a reducir el riesgo y mejorar su gestión, mejorar los mecanismos amortiguadores del sistema, debilitar los amplificadores pro-cíclicos, fortalecer la transparencia y ofrecer incentivos adecuados para los mercados financieros.
- Comunicación de la Comisión: Aplicación del marco para los mercados financieros Plan de acción.
- Informe García-Margallo.
- Informe de Larosière.
El nuevo Plan de Acción sustituye al que fue aprobado el 11 de mayo de 1999 que recoge la mayoría de las recomendaciones formuladas por un grupo de representantes personales de los ministerios de economía y hacienda y del Banco Central. Se adjuntan a continuación la Comunicación de la Comisión titulada "Aplicación del Marco para los Mercados Financieros: Plan de Acción en el que se fija una hoja de ruta detallada para modernizar los servicios europeos.
Se incluye también el informe parlamentario en el que se plasma la reacción del Parlamento a la Comunicación de la Comisión. Sólo indicar aquí que los Diputados europeos aplaudieron la estrategia de la Comisión para modernizar el sector pero enfatizaron que los tres objetivos del plan (liberalización, prevención de riesgos y armonización sobre la imposición del ahorro) debieron perseguirse de forma simultanea porque la tentación de avanzar más deprisa en la consecución del primero podía poner en peligro todo el proyecto. Exactamente lo que ha ocurrido.
Se incluye a continuación la sección del informe de Larosière destinada a analizar las soluciones políticas y reglamentarias para intratar de reducir la posibilidad que una crisis como la actual se vuelva a repetir. El informe apuesta por un nuevo programa reglamentario encaminado a reducir el riesgo y mejorar su gestión, mejorar los mecanismos amortiguadores del sistema, debilitar los amplificadores pro-cíclicos, fortalecer la transparencia y ofrecer incentivos adecuados para los mercados financieros.
- Comunicación de la Comisión: Aplicación del marco para los mercados financieros Plan de acción.
- Informe García-Margallo.
- Informe de Larosière.
La Crisis Financiera
La crisis que todavía estamos viviendo es la más severa que el mundo ha vivido desde la Gran Depresión de 1929. Empezó siendo una crisis de liquidez para convertirse pronto en una crisis de solvencia y desembocar a la postre en una gigantesca crisis de confianza. Los mercados financieros se secaron y el crecimiento y el empleo se resintieron en todo el mundo. Sólo cuando el crédito vuelva a fluir con normalidad podremos empezar a ver la luz al final del túnel.
La crisis actual es además una crisis generalizada que ha afectado a todos los países del mundo. La esperanza de que las economías emergentes compensasen la debilidad de las economías desarrolladas fue un espejismo que se desvaneció pronto. Por eso, se dice que estamos ante la primera crisis de la globalización.
La tormenta nos ha alcanzado a todos y entre todos tendremos que poner los medios para que en el futuro no nos vuelva a golpear. Para eso, hay que conocer lo que ha pasado en tiempos anteriores en circunstancias similares. Se incluyen, en primer lugar, las experiencias de Estados Unidos (1929), Japón (1998) y Suecia (1990); nunca una crisis es similar a otra, pero de todas se pueden extraer lecciones útiles.
Es también interesante conocer como ha ido evolucionando el enfermo a lo largo del tiempo. Repasar los diagnósticos y terapias que se han ido formulando a lo largo de esos meses. Por eso se reproducen aquí los artículos de prensa que me parecen más significativos y se reproduce la sección del Informe de Larosière dedicada a analizarlas. Este informe no es ni mejor ni peor que otros análisis dedicados al mismo tema, pero hoy constituye la interpretación “canónica” de la crisis y explica las propuestas sobre supervisión financiera que hoy tenemos entre manos.
Se incluyen a continuación las visiones de los economistas más laureados de nuestro tiempo. Pertenecen a distintas escuelas. Sólo algunos de ellos fueron capaces de predecir con tiempo el tsunami que se nos venía encima. La explicación de las causas de la crisis y las recetas a aplicar para superarla están muy influenciadas por sus respectivas ideologías. Todas son interesantes.
Cuando ya han pasado varios meses desde que estalló la tormenta, es útil saber como la han ido narrando los Organismos Internacionales que gobiernan la economía mundial. A eso dedico la primera parte de esta sección. La lectura de los informes del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Central Europeo (BCE) y de los líderes mundiales reunidos en el G20 es extraordinariamente ilustrativa.
La crisis no ha concluido aun, y ya se empieza a hablar de estrategias de salida. La Comisión Europea examinó en octubre de 2009 las cuentas públicas de los estados miembros. A la salida de la reunión Jean-Claude Juncker, el Presidente del Eurogrupo, alertó sobre las perniciosas consecuencias de la prodigalidad presupuestaria. En la misma reunión, Jean-Claude Trichet, el Presidente de la Banco Central Europeo (BCE), invitó a los europeos a reducir anualmente el déficit público en un punto porcentual del PIB a partir del año 2011.
Solo unos meses después, Trichet anunció la retirada de las medidas extraordinarias adoptadas por el BCE para garantizar la liquidez de las entidades financieras. En diciembre se celebró la última subasta de dinero a un año, y marzo verá el final de las subastas a seis meses. Los hechiceros de la tribu profetizan que a partir del verano empezaremos a experimentar subidas de los tipos de interés que hasta ahora se han mantenido bajísimos.
Last but not least, queda pendiente de solucionar la contabilización de los activos, especialmente, de los menos líquidos. En los próximos meses también habrá que restablecer las políticas de competencia tanto en el sector financiero como en el llamado economía real. Las leyes de guerra que se han aplicado en estos últimos tiempos parece que van a ser derogadas muy pronto, y volveremos entonces a las políticas ordinarias y más ortodoxas.
Y ahora toca hablar de España.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) augura que hasta 2014 no se recuperarán los niveles de riqueza alcanzados en 2008, porque a la crisis internacional se ha sumado una crisis doméstica de magnitudes desconocidas. España será el único país de la zona euro que seguirá en recesión en 2010, con la excepción de Irlanda y tardará más en salir que los demás: EE UU, Canadá y Francia recuperarán los niveles de PIB previos al batacazo actual en 2011. Japón y Reino Unido lo harán en 2012. Sólo Alemania e Italia tardarán casi cinco años en recuperar los niveles anteriores a la crisis, aunque sus niveles de paro no serán tan alarmantes como los nuestros.
Así las cosas, la retirada de las medidas extraordinarias adoptadas para capear la crisis nos van a coger con el pie cambiado. El Banco Central Europeo subirá tipos de interés cuando las economías de los países centrales empiecen a recuperarse y eso será cuando la economía española aún esté en recesión. Si a eso se suma una política fiscal restrictiva y la falta de reformas estructurales de calado, es probable que nuestra recuperación sea débil. Para evitar esquivar esta maldición, España necesita recuperar la competitividad, estabilizar sus cuentas públicas y reformar un mercado laboral que no funciona.
- Las pasadas experiencias.
- Lo que anunciaron los profetas.
- Lo que los gurús y la prensa han dicho.
- Los pronósticos del Fondo Monetario Internacional.
- La doctrina del Banco Central Europeo.
- Lo que el G20 ha consensuado.
- El futuro próximo.
La crisis actual es además una crisis generalizada que ha afectado a todos los países del mundo. La esperanza de que las economías emergentes compensasen la debilidad de las economías desarrolladas fue un espejismo que se desvaneció pronto. Por eso, se dice que estamos ante la primera crisis de la globalización.
La tormenta nos ha alcanzado a todos y entre todos tendremos que poner los medios para que en el futuro no nos vuelva a golpear. Para eso, hay que conocer lo que ha pasado en tiempos anteriores en circunstancias similares. Se incluyen, en primer lugar, las experiencias de Estados Unidos (1929), Japón (1998) y Suecia (1990); nunca una crisis es similar a otra, pero de todas se pueden extraer lecciones útiles.
Es también interesante conocer como ha ido evolucionando el enfermo a lo largo del tiempo. Repasar los diagnósticos y terapias que se han ido formulando a lo largo de esos meses. Por eso se reproducen aquí los artículos de prensa que me parecen más significativos y se reproduce la sección del Informe de Larosière dedicada a analizarlas. Este informe no es ni mejor ni peor que otros análisis dedicados al mismo tema, pero hoy constituye la interpretación “canónica” de la crisis y explica las propuestas sobre supervisión financiera que hoy tenemos entre manos.
Se incluyen a continuación las visiones de los economistas más laureados de nuestro tiempo. Pertenecen a distintas escuelas. Sólo algunos de ellos fueron capaces de predecir con tiempo el tsunami que se nos venía encima. La explicación de las causas de la crisis y las recetas a aplicar para superarla están muy influenciadas por sus respectivas ideologías. Todas son interesantes.
Cuando ya han pasado varios meses desde que estalló la tormenta, es útil saber como la han ido narrando los Organismos Internacionales que gobiernan la economía mundial. A eso dedico la primera parte de esta sección. La lectura de los informes del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Central Europeo (BCE) y de los líderes mundiales reunidos en el G20 es extraordinariamente ilustrativa.
La crisis no ha concluido aun, y ya se empieza a hablar de estrategias de salida. La Comisión Europea examinó en octubre de 2009 las cuentas públicas de los estados miembros. A la salida de la reunión Jean-Claude Juncker, el Presidente del Eurogrupo, alertó sobre las perniciosas consecuencias de la prodigalidad presupuestaria. En la misma reunión, Jean-Claude Trichet, el Presidente de la Banco Central Europeo (BCE), invitó a los europeos a reducir anualmente el déficit público en un punto porcentual del PIB a partir del año 2011.
Solo unos meses después, Trichet anunció la retirada de las medidas extraordinarias adoptadas por el BCE para garantizar la liquidez de las entidades financieras. En diciembre se celebró la última subasta de dinero a un año, y marzo verá el final de las subastas a seis meses. Los hechiceros de la tribu profetizan que a partir del verano empezaremos a experimentar subidas de los tipos de interés que hasta ahora se han mantenido bajísimos.
Last but not least, queda pendiente de solucionar la contabilización de los activos, especialmente, de los menos líquidos. En los próximos meses también habrá que restablecer las políticas de competencia tanto en el sector financiero como en el llamado economía real. Las leyes de guerra que se han aplicado en estos últimos tiempos parece que van a ser derogadas muy pronto, y volveremos entonces a las políticas ordinarias y más ortodoxas.
Y ahora toca hablar de España.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) augura que hasta 2014 no se recuperarán los niveles de riqueza alcanzados en 2008, porque a la crisis internacional se ha sumado una crisis doméstica de magnitudes desconocidas. España será el único país de la zona euro que seguirá en recesión en 2010, con la excepción de Irlanda y tardará más en salir que los demás: EE UU, Canadá y Francia recuperarán los niveles de PIB previos al batacazo actual en 2011. Japón y Reino Unido lo harán en 2012. Sólo Alemania e Italia tardarán casi cinco años en recuperar los niveles anteriores a la crisis, aunque sus niveles de paro no serán tan alarmantes como los nuestros.
Así las cosas, la retirada de las medidas extraordinarias adoptadas para capear la crisis nos van a coger con el pie cambiado. El Banco Central Europeo subirá tipos de interés cuando las economías de los países centrales empiecen a recuperarse y eso será cuando la economía española aún esté en recesión. Si a eso se suma una política fiscal restrictiva y la falta de reformas estructurales de calado, es probable que nuestra recuperación sea débil. Para evitar esquivar esta maldición, España necesita recuperar la competitividad, estabilizar sus cuentas públicas y reformar un mercado laboral que no funciona.
- Las pasadas experiencias.
- Lo que anunciaron los profetas.
- Lo que los gurús y la prensa han dicho.
- Los pronósticos del Fondo Monetario Internacional.
- La doctrina del Banco Central Europeo.
- Lo que el G20 ha consensuado.
- El futuro próximo.
Introducción de mi blog
Las nuevas tecnologías han revolucionado la comunicación política. El Partido Popular perdió las Elecciones Generales de 2004 porque "alguien" movilizó a través de los móviles a una ciudadanía conmocionada por el atentado más grave que hemos sufrido los españoles en nuestra historia moderna. Obama llegó a la Casa Blanca gracias a un buen uso de Internet.
Pero las tecnologías son sólo un medio para transmitir ideas y cuando no hay ideas sólo se vende humo. Dice Azaña que, "si en España cada uno hablase sólo de lo que sabe, se haría un gran silencio nacional que favorecería la reflexión".
Como yo no sé de todo quiero utilizar este blog para acercar el Parlamento Europeo a los ciudadanos y recoger sus inquietudes. Especialmente cuando se trata de redactar las disposiciones que afectan a su vida diaria. La Comisión propone y el Consejo de Ministros y el Parlamento disponen.
Invito a quienes quieran participar en el proceso legislativo a que me hagan llegar sus propuestas con un texto breve y bien argumentado.
Pero las tecnologías son sólo un medio para transmitir ideas y cuando no hay ideas sólo se vende humo. Dice Azaña que, "si en España cada uno hablase sólo de lo que sabe, se haría un gran silencio nacional que favorecería la reflexión".
Como yo no sé de todo quiero utilizar este blog para acercar el Parlamento Europeo a los ciudadanos y recoger sus inquietudes. Especialmente cuando se trata de redactar las disposiciones que afectan a su vida diaria. La Comisión propone y el Consejo de Ministros y el Parlamento disponen.
Invito a quienes quieran participar en el proceso legislativo a que me hagan llegar sus propuestas con un texto breve y bien argumentado.
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