lunes, 22 de febrero de 2010

La Crisis Financiera

La crisis que todavía estamos viviendo es la más severa que el mundo ha vivido desde la Gran Depresión de 1929. Empezó siendo una crisis de liquidez para convertirse pronto en una crisis de solvencia y desembocar a la postre en una gigantesca crisis de confianza. Los mercados financieros se secaron y el crecimiento y el empleo se resintieron en todo el mundo. Sólo cuando el crédito vuelva a fluir con normalidad podremos empezar a ver la luz al final del túnel.

La crisis actual es además una crisis generalizada que ha afectado a todos los países del mundo. La esperanza de que las economías emergentes compensasen la debilidad de las economías desarrolladas fue un espejismo que se desvaneció pronto. Por eso, se dice que estamos ante la primera crisis de la globalización.

La tormenta nos ha alcanzado a todos y entre todos tendremos que poner los medios para que en el futuro no nos vuelva a golpear. Para eso, hay que conocer lo que ha pasado en tiempos anteriores en circunstancias similares. Se incluyen, en primer lugar, las experiencias de Estados Unidos (1929), Japón (1998) y Suecia (1990); nunca una crisis es similar a otra, pero de todas se pueden extraer lecciones útiles.

Es también interesante conocer como ha ido evolucionando el enfermo a lo largo del tiempo. Repasar los diagnósticos y terapias que se han ido formulando a lo largo de esos meses. Por eso se reproducen aquí los artículos de prensa que me parecen más significativos y se reproduce la sección del Informe de Larosière dedicada a analizarlas. Este informe no es ni mejor ni peor que otros análisis dedicados al mismo tema, pero hoy constituye la interpretación “canónica” de la crisis y explica las propuestas sobre supervisión financiera que hoy tenemos entre manos.

Se incluyen a continuación las visiones de los economistas más laureados de nuestro tiempo. Pertenecen a distintas escuelas. Sólo algunos de ellos fueron capaces de predecir con tiempo el tsunami que se nos venía encima. La explicación de las causas de la crisis y las recetas a aplicar para superarla están muy influenciadas por sus respectivas ideologías. Todas son interesantes.

Cuando ya han pasado varios meses desde que estalló la tormenta, es útil saber como la han ido narrando los Organismos Internacionales que gobiernan la economía mundial. A eso dedico la primera parte de esta sección. La lectura de los informes del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Central Europeo (BCE) y de los líderes mundiales reunidos en el G20 es extraordinariamente ilustrativa.

La crisis no ha concluido aun, y ya se empieza a hablar de estrategias de salida. La Comisión Europea examinó en octubre de 2009 las cuentas públicas de los estados miembros. A la salida de la reunión Jean-Claude Juncker, el Presidente del Eurogrupo, alertó sobre las perniciosas consecuencias de la prodigalidad presupuestaria. En la misma reunión, Jean-Claude Trichet, el Presidente de la Banco Central Europeo (BCE), invitó a los europeos a reducir anualmente el déficit público en un punto porcentual del PIB a partir del año 2011.

Solo unos meses después, Trichet anunció la retirada de las medidas extraordinarias adoptadas por el BCE para garantizar la liquidez de las entidades financieras. En diciembre se celebró la última subasta de dinero a un año, y marzo verá el final de las subastas a seis meses. Los hechiceros de la tribu profetizan que a partir del verano empezaremos a experimentar subidas de los tipos de interés que hasta ahora se han mantenido bajísimos.

Last but not least, queda pendiente de solucionar la contabilización de los activos, especialmente, de los menos líquidos. En los próximos meses también habrá que restablecer las políticas de competencia tanto en el sector financiero como en el llamado economía real. Las leyes de guerra que se han aplicado en estos últimos tiempos parece que van a ser derogadas muy pronto, y volveremos entonces a las políticas ordinarias y más ortodoxas.


Y ahora toca hablar de España.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) augura que hasta 2014 no se recuperarán los niveles de riqueza alcanzados en 2008, porque a la crisis internacional se ha sumado una crisis doméstica de magnitudes desconocidas. España será el único país de la zona euro que seguirá en recesión en 2010, con la excepción de Irlanda y tardará más en salir que los demás: EE UU, Canadá y Francia recuperarán los niveles de PIB previos al batacazo actual en 2011. Japón y Reino Unido lo harán en 2012. Sólo Alemania e Italia tardarán casi cinco años en recuperar los niveles anteriores a la crisis, aunque sus niveles de paro no serán tan alarmantes como los nuestros.

Así las cosas, la retirada de las medidas extraordinarias adoptadas para capear la crisis nos van a coger con el pie cambiado. El Banco Central Europeo subirá tipos de interés cuando las economías de los países centrales empiecen a recuperarse y eso será cuando la economía española aún esté en recesión. Si a eso se suma una política fiscal restrictiva y la falta de reformas estructurales de calado, es probable que nuestra recuperación sea débil. Para evitar esquivar esta maldición, España necesita recuperar la competitividad, estabilizar sus cuentas públicas y reformar un mercado laboral que no funciona.

- Las pasadas experiencias.
- Lo que anunciaron los profetas.
- Lo que los gurús y la prensa han dicho.
- Los pronósticos del Fondo Monetario Internacional.
- La doctrina del Banco Central Europeo.
- Lo que el G20 ha consensuado.
- El futuro próximo.

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